Remolques Náuticos Bunk

Remolques Náuticos Bunk

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Catálogo de Remolques náuticos bunk

Estabilidad, apoyo continuo y menos sorpresas al botar

Un remolque bunk se compra y se elige cuando necesitas apoyo continuo bajo el casco y quieres evitar marcas, torsiones y movimientos bruscos en la rampa. Aquí el objetivo es muy concreto, que la embarcación se deslice con control, que el chasis aguante años de salitre y que la carretera deje de ser una preocupación. En esta categoría encontrarás remolques diseñados para lanchas, motoras, consoleros y veleros ligeros que requieren superficies de apoyo largas, normalmente fabricadas en vigas de madera tratada con alfombra técnica. Frente a sistemas con rodillos, el bunk reparte mejor el peso y minimiza puntos duros, especialmente en cascos delicados.

Hablamos de chasis galvanizados en caliente, cableado protegido dentro del bastidor, barras de luces abatibles y la posibilidad de añadir elementos que hacen la maniobra más sencilla: cabrestante, soportes regulables, amortiguadores o sistemas de lavado. Si vienes buscando precio puro, te equivocas de categoría. Aquí importa elegir bien para no pagar después en reparaciones, multas o sustos. Este es el punto de partida: claridad técnica, seguridad y decisión informada para tu barco y tu coche.

Qué incluyen estos remolques tipo bunk

En los remolques náuticos tipo bunk, el protagonista no es solo el chasis; son las vigas de apoyo. Normalmente se emplea madera impregnada de larga duración cubierta con una moqueta específica, con base dura para resistir y capa superior suave para cuidar el gelcoat. Ese apoyo continuo reduce tensiones cuando subes o bajas la embarcación por la rampa. Encontrarás opciones con uno, dos o tres ejes, freno de inercia en las versiones con mayor MMA, ejes con rodamientos estancos y cableado integrado con conector de 13 pines. Muchos modelos permiten ajustar la altura y la anchura de las vigas para adaptarse a distintas carenas y, cuando hace falta, añadir más vigas.

En equipos de mayor nivel, aparecen detalles que marcan la diferencia como la iluminación LED estanca, barra de luces extensible y desmontable para evitar golpes, cerraduras certificadas y bandejas de servicio. Todo se completa con galvanizado en caliente y tolerancias de fabricación muy ajustadas gracias al corte láser de tubo y chapa, lo que se traduce en chasis rectos, silenciosos y más predecibles en carretera.

Como escoger el mejor remolque Bunk

Empieza por el peso real que vas a mover, no por el “teórico” del catálogo. Suma casco, motor, combustible, batería, equipo y un margen razonable. La Masa Máxima Autorizada del remolque debe quedar por encima con holgura. Observa el tipo de viga: cuanto más larga y regulable, mejor reparte el apoyo. El galvanizado en caliente es imprescindible si vas a mojar el remolque; evita soluciones pintadas. Revisa el número de ejes y el diámetro de los neumáticos: más contacto, más estabilidad y mejor frenada. Un bunk con freno de inercia, cabrestante correcto y quilla guiada con rodillos en el centro facilita la botadura sin golpear. Valora también los accesorios que simplifican tu uso real: amortiguadores, lavados integrados, barra de luces que se repliega y herrajes en inoxidable. Cada detalle suma cuando el remolque entra en el agua.

Compatibilidad con vehículo y enganche

Consulta en la ficha técnica del coche la capacidad de arrastre con y sin freno. Si el remolque supera esa cifra, no puedes circular. Revisa también el tipo de bola, la instalación eléctrica con conector de 13 pines y la altura del enganche para que el conjunto quede nivelado. Un remolque caído de morro o de cola se vuelve nervioso y desgasta gomas y rodamientos.

Comprueba el reparto de carga sobre la bola: demasiado peso delante castiga el vehículo; demasiado poco provoca oscilaciones peligrosas. Y no olvides que, en España, algunas configuraciones requieren seguro propio para el remolque y, en su caso, ITV periódica. Antes de comprar, cruza siempre remolque, barco y coche en el mismo papel: evitarás sorpresas y sanciones.

Seguridad y mantenimiento básico del remolque

Un bunk trabaja en condiciones duras: agua salada, arena, frenadas largas y maniobras lentas. La seguridad empieza por hábitos sencillos. Enjuaga con agua dulce cada vez que salgas del mar. Revisa rodamientos, cinchas y cabrestante con regularidad; si ves grietas, hilos o puntos de óxido, se cambian.

Comprueba los tornillos de llanta después de varias botaduras: el contraste térmico afloja. Vigila que la moqueta de las vigas esté limpia, sin piedrecillas que rayen el casco. Mantén el freno de inercia según fabricante y engrasa los puntos móviles. Y, antes de salir a carretera, una verificación rápida de luces, enchufe y bloqueo de la barra trasera ahorra multas y sustos. La estabilidad del conjunto empieza en estos detalles.

Errores frecuentes y cómo evitarlos

Uno de los errores más comunes es ajustar las vigas “a ojo” y dejar el casco ligeramente torcido. El resultado es un remolque que va peleando contra sí mismo, gomas calientes y un consumo que sube sin motivo. Otro fallo habitual es circular con cinchas envejecidas; con el sol y el salitre pierden resistencia y, cuando fallan, no avisan. También se ven conexiones eléctricas improvisadas que acaban mojándose y provocan fallos de luz justo cuando más necesitas ser visible. No te fíes del “ya entra”: el cabrestante debe bloquear con firmeza y la proa debe quedar sujeta. Y, al salir de la rampa, repasa de nuevo todo en seco. Medir, ajustar y revisar es más barato que reparar un casco.

Casos de uso recomendados

Si mueves tu embarcación en distancias cortas y valoras maniobras tranquilas, el bunk sencillo con vigas regulables y chasis compacto es una gran elección. Quien viaja más kilómetros agradecerá ejes mejor dimensionados, freno de inercia y barra de luces extraíble para evitar golpes. En rampas estrechas o con pendiente, los rodillos de quilla ayudan a guiar el barco sin castigar la viga. Si el remolque va a vivir junto al mar, busca herrajes en inoxidable, cableado protegido dentro del bastidor y, si es posible, sistema de lavado para ejes. Cuando la embarcación cambia de equipamiento a menudo, conviene disponer de vigas adicionales y soportes regulables que permitan ajustar sin pelear cada temporada.